miércoles, 8 de junio de 2011

Así... desnudos

Doy gracias al pan nuevo de cada día,
al ciego destemplar de una súbita abertura,
al zigzagueante disloqueo de mis sentidos trasmundados.
Doy gracias a la madre fuga del uterial orgasmo,
al gatillo presto de mi lengua erizada,
al innato cuerpo que mi piel cristaliza,
al surco amable de mi desdicha.
Doy gracias a la roedora mente minada,
de signos y decibeles,
a las víceras en desorden confrontando el aullido,
a la masacre de mis manos ahogadas en mis sudores,
al crepitante látigo de mi espina dorsal,
a la catarata taladrando mi pelvis
al desvanecimiento de mi miembro
arrojándome como un acorde
a la sinfonía universal.
Doy gracias al silencio
que nos contempla
y nos gemela
desnudos.

de "Numinoso" (1996) 
Ediciones Corregidor

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